En estos días no es suficiente tener un producto
o servicio que se venda como pan caliente o despierte más histeria colectiva
que una agrupación musical de preadolescentes. Cuando hablamos de atención al cliente, no podemos asumir que lo sabemos todo… y aunque
existen muchas recomendaciones y estrategias sobre este tema, existen cinco
tips que considero el punto de partida ideal para hacer de la experiencia de
nuestros compradores no sólo satisfactoria sino provechosa:
1 – Ponte en
el lugar de tu cliente: El paso más importante a la hora de crear
un producto o servicio y la manera como lo ofreceremos, es reflexionar por uno
o dos días pensando: “Si yo fuese a adquirir un producto similar, ¿Cómo me gustaría que me lo presentaran? ¿Cómo
sería para mí la experiencia ideal? ¿Cómo garantizo la satisfacción del
proceso, desde el momento en que presento la idea hasta mucho después de
concretada la venta o contratación? Ten a mano lápiz y papel…
es necesario que todas esas ideas las escribas y las desarrolles al
estilo de la vieja escuela. ¡Es muy importante!
2 – Detente y escucha (o lee): No puedes garantizar una excelente
atención al cliente si no lo escuchas primero. Y por escuchar me refiero
a detenerte y leer entre líneas de sus emails, o prestar toda tu atención
cuando te está hablando. Generalmente tenemos tantos prejuicios e ideas
preconcebidas que prácticamente creemos “saber“ lo que quieren antes de abrir a
boca. Trata de “vaciar tu taza“ e impregnarte de lo que quieren decirte
realmente.
3 – Haz de la puntualidad una filosofía de trabajo: Las llamadas, los emails y
toda otra forma de contacto con tus compradores debe realizarse en el marco del
respeto por su tiempo. Esto no es sólo sentido común, sino que creará un
impacto muy positivo en su experiencia, incluso cuando las comunicaciones se
refieran a la atención de airados reclamos. Sé puntual tanto presencial
como virtualmente.
4 – Reconoce tus errores por anticipado: No siempre nuestra planificación
debe salir perfecta; nuestro producto puede tener fallas que pasamos por alto o
nuestro servicio puede tener pequeños (o grandes) defectos en su desarrollo.
Si los identificas antes que lo hagan tus clientes, y crees que es
inevitable que eso afecte su experiencia, es necesario que lo aclares lo antes
posible, incluso antes de que surja la queja. Quizás ellos no
experimenten ningún problema, pero eso les dará la seguridad de que estás
pendiente de cada aspecto de su experiencia con tu empresa.
5 – No te limites a concretar la venta: El servicio postventa no debe
limitarse a la retroalimentación o a la garantía. Las ofertas, el
seguimiento de la satisfacción o un simple saludo unas semanas después de la
adquisición te asegurarán un cliente que retorne y que difunda tu información
gustosamente, gracias a una experiencia que trascienda la transacción
monetaria.
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